10 anomalías que la boca de tu hijo podría padecer y que quizá no conozcas
Contacta con nosotros en el 945 139 290 o a través de nuestro Formulario
¿Alguna vez te has fijado si tu hijo o hija muerde bien? ¿Si coloca la lengua donde debe? ¿Si se chupa el dedo mientras duerme?
Puede que no te hayas fijado o que no le des mayor importancia, pero algunas de las anomalías que describiremos aquí debajo pueden provocar problemas serios como chasquidos en la mandíbula, dolores musculares o de cabeza, problemas de digestión o respiratorios, dificultad a la hora de pronunciar determinadas palabras…
Utiliza esta guía para saber si tu hijo o hija tiene un problema que deba corregirse lo antes posible:
Apiñamiento: cuando los dientes están apiñados, amontonados, el niño será más propenso a acumular placa bacteriana y, por tanto, será más probable que desarrolle caries. Además, el apiñamiento puede impedir que los dientes permanentes tengan suficiente espacio para salir.
Dientes separados (diastemas): además del evidente problema estético, los diastemas pueden favorecer un mayor acúmulo de restos de comida.
Mordida abierta: se trata de una de las maloclusiones más graves y también más común entre aquellos niños que se chupan el dedo o que usan el chupete más tiempo del debido. En los casos de mordida abierta, los molares de la arcada superior y los de la inferior contactan con normalidad, mientras que los dientes frontales no ocluyen.
Como ya hemos comentado, este tipo de anomalía es más común entre los niños que tienen el hábito de la succión digital, ya que la presión que ejerce el dedo contra el paladar y la posición que adquieren los dientes al realizar este mal hábito, hace que el niño desarrolle una mordida abierta y que el paladar se hunda y se estreche.
Sobremordida: al contrario que en el caso de la mordida abierta, la sobremordida se caracteriza porque los dientes superiores cubran los inferiores en una mayor proporción de lo normal (o incluso que los cubran completamente).
Mordida cruzada: puede ser anterior (cuando ocurre en los dientes delanteros) o posterior (cuando ocurre en el caso de los traseros) y se identifica cuando los dientes superiores muerden por dentro de la arcada inferior en algún punto.
Mordida invertida: es una de las maloclusiones más evidentes y más importantes de corregir de forma precoz, ya que una vez que el niño se haya desarrollado por completo, sólo podrá ser corregido con cirugía. Se caracteriza porque la arcada inferior cubre los dientes superiores.
Resalte: cuando existe resalte o protrusión, los incisivos superiores sobresalen más de lo habitual, siendo más propensos a padecer todo tipo de traumatismos.
Dentición anormal: aquellos dientes que erupcionen en un lugar diferente de la arcada a la que corresponden (en la encía, en el paladar, etc.), deberán ser examinados para actuar en consecuencia y dirigirlos al lugar que les corresponde.
Asimetrías: también deberemos prestar atención a las asimetrías que pueden producirse por un mal desarrollo de la mandíbula o el maxilar.
Paladar demasiado estrecho: cuando el paladar de un niño con su primera dentición es demasiado estrecho, puede no disponer del espacio suficiente para que erupcionen los dientes definitivos. En esos casos, recurriremos a un expansor del paladar que permitirá corregir el problema fácilmente siempre y cuando se detecte a tiempo.
¿Identificas alguno?
Si detectas alguno de estos problemas en la boca de tu hijo o hija, sería conveniente que visitaseis a un experto para que pueda valorar la idoneidad de tratar cuanto antes la anomalía y así evitar un problema mayor en el futuro.
Si necesitas orientación o más información, no dudes en llamarnos en los teléfonos 945 13 92 90 (en Vitoria-Gasteiz) y 941 20 30 34 (en Logroño) y te ayudaremos a determinar si tu hijo o hija debe ser tratado de manera precoz o solo requiere de vigilancia. Llámanos y lo resolveremos.